Como empresario turístico me declaro un firme defensor de la extraordinaria riqueza natural del destino turístico Costa del Sol, en el que Grupo Peñarroya desarrolla su actividad. Creo que los empresarios debemos ejercer nuestra actividad de manera ética y ambientalmente responsable, además de poner en valor nuestro entorno natural como reclamo para un nuevo tipo de turista, más comprometido y que valora las iniciativas RSE a la hora de elegir sus vacaciones.
Por ello comparto aquí una iniciativa de la Junta de Andalucía que he podido leer estos días en la prensa local, que ha abierto el trámite para la declaración de once nuevos monumentos naturales en nuestra Comunidad Autónoma. Con ellos, Andalucía contará con 60 espacios singulares de la naturaleza que cuentan con este régimen especial de protección.
Serán tres los enclaves de la provincia de Málaga que recibirán el título de ‘monumentos naturales’, el Tajo de Ronda (Ronda), el Monte Jabalcuza (Alhaurín de la Torre) y la Cueva del Hundidero (Montejaque). Junto a ellos entran en este proceso cuatro parajes de Almería, uno Granada, uno Huelva, uno de Jaén y otro de Sevilla.
Tajo de Ronda
Además de los parajes malagueños que comentaba antes, los nuevos monumentos serán el Peñón de Bernal (Vícar, Dalias y El Ejido), Encina de la Peana (Serón), Encina Marchal del Abogado (Serón) y Canales (Padules), en Almería; Huellas Fósiles de Medusa (Constantina), en Sevilla; Nacimiento de Riofrío (Loja), en Granada; Cueva del Agua de Tíscar (Quesada), en Jaén; y Encina y Alcornoque de la Dehesa de San Francisco (Santa Olalla de Cala), en la provincia de Huelva.
El monumento natural es una figura de protección prevista en la legislación andaluza de espacios naturales protegidos para elementos ecológicos o paisajísticos que presentan valores singulares como cuevas, peñas, dunas, árboles centenarios, islotes, bosquetes o formaciones geológicas, entre otros. Su declaración exige, además, buenas condiciones de conservación, homogeneidad, prioridad de uso público, reconocimiento ciudadano y corresponsabilidad de los agentes interesados en su protección.
Monte Jabalcuza
El Tajo de Ronda justifica su inclusión en esta lista no solo por su espectacular belleza, sino también por tratarse de una extraordinaria formación geológica formada por la acción erosiva del río Guadalevín. Desde el punto de vista ambiental destacan las comunidades de aves asentadas en sus riscos y escarpes, especialmente la importante colonia de cernícalo primilla. A sus condiciones naturales se une un indudable valor histórico, geográfico y cultural, ya que sobre su garganta se asientan tres conocidos puentes. Puente Nuevo, Puente Viejo y Puente Árabe, también conocido como Puente Romano, que sirven de conexión con las dos partes de la ciudad de Ronda.
Por su parte, la Cueva del Hundidero, situada en el Parque Natural Sierra de Grazalema, es un impresionante túnel kárstico por el que circula el río Gaduares o Campobuche, que alberga una de las mayores colonias sedentarias de murciélagos cavernícolas. El monumento natural constaría del conjunto formado por la cavidad de entrada, el río Gaduares y sus riberas desde el muro del embalse hasta la boca de Hundidero.
Cueva del Hundidero
El tercer monumento natural malagueño será el Monte Jabalcuza, un espacio de configuración geomorfológica con acantilados y planicies que concentra una gran biodiversidad y riqueza florística y faunística. En él se distinguen distintos tipos de mármoles (dolomíticos blancos y azules), así como un suelo muy especial conocido como ‘terra-rossa’. Desde este extraordinario mirador natural, que alcanza una cota que supera los 600 metros de altura, se puede divisar toda la Bahía de Málaga, la propia ciudad de Málaga, el Valle del Guadalhorce, la Sierra de las Nieves e incluso Sierra Nevada.